El Ultrasonido se utiliza para examinar los órganos internos del abdomen, como el hígado, los riñones, la vesícula biliar, el páncreas, el bazo y los órganos reproductores. Sirve para detectar una variedad de condiciones médicas, como cálculos biliares, tumores, inflamación, quistes, anomalías en los órganos y problemas en el flujo sanguíneo.
Este tipo de ultrasonido es útil en el diagnóstico y monitoreo de diversas enfermedades y trastornos, como enfermedades hepáticas, problemas renales, enfermedades pancreáticas, trastornos de la vesícula biliar, inflamación abdominal, aneurismas aórticos, entre otros. Además, es una herramienta segura y no invasiva, ya que no utiliza radiación ionizante, lo que lo hace ideal para su uso en una amplia gama de pacientes.
